De todos modos manifestaba a allegados que estas cuestiones que la Iglesia ha condenado con dureza, y ha ordenado investigaciones y sanciones, no pueden tomarse a la ligera y mucho menos generalizar, porque se da la errada impresión que no son hechos aislados y execrables sino algo hasta frecuente, desvirtuando la acción e imagen de la Iglesia en su conjunto.
Proceder de aquella forma y hasta aplicar una suerte de “censura” al obispo de Posadas –por haberse quejado del destrato del que había sido objeto- es también una forma de afectar la convivencia, introduciendo cuestiones extrañas, conductas no vistas antes de un medio contra un religioso, con la representatividad que conlleva el ser titular de un Obispado, reflexionaba el titular de la Diócesis obereña.
Otra vez sin la homilía de Martínez
El pasado domingo también el Diario “Primera Edición” censuró al obispo de Posadas. En lugar de la carta pastoral de Juan Martínez incluyó la del obispo de Luján (provincia de Buenos Aires). Está confirmado que la homilía de Martínez fue enviada a ese Diario como a los demás medios, que sí la publicaron. Para hacer más notable la censura sí publicaron la carta pastoral del obispo de Iguazú Marcelo Martorell.
Qué decía este domingo Martínez?. “Son pocas las cámaras” que reflejan la realidad.
Observó que “generar ambientes de esperanza” es obra de los discípulos bien encaminados porque anuncian la Buena Nueva. Pero advirtió que “este signo fuerte de esperanza y la alegría espiritual van muchas veces a contrapelo de un estilo social y cultural que tiende a profundizar la desesperanza, generando ambientes negativos alimentados por un afán de autodestrucción y de tristeza”.
Martínez había cuestionado la semana pasada la manipulación hecha por el diario Primera Edición a propósito de la ordenación sacerdotal de jóvenes misioneros, recordando que la gente necesita también de las buenas noticias. Y, al parecer, tampoco la homilía del domingo pasado fue del agrado del Diario, porque nuevamente la censuró. Acaso pensó que el sayo también era de su medida.
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