The New York Times realizó una encuesta entre los lectores para saber si estaban dispuestos a pagar –unos cinco dólares mensuales- para acceder al contenido digital del diario. Los resultados del sondeo todavía no fueron revelados, aunque Janet Robinson, presidenta de la empresa editora, adelantó que la compulsa formaba parte de una serie de transformaciones con que el rotativo piensa sorprender a sus anunciantes y, por cierto, a sus lectores. La compañía, responsable de otros 17 matutinos y con acciones en una treintena de radios y canales de televisión de los Estados Unidos, tiene un déficit de más de mil millones de dólares, al punto que cada una de sus acciones llegó a cotizarse menos de lo que vale la edición dominical del diario. Robinson, quien lleva cuatro años y medio en la presidencia de la empresa, realizó drásticos recortes de personal para achicar los gastos y ahora, con las cuentas un poco más equilibradas, realiza semanalmente reuniones con los principales anunciantes del diario para mostrarles cómo proyecta “atrapar” a los lectores. En esos encuentros explica cómo será el diario digital en un futuro no muy lejano, para lo cual acondicionó una sala en el piso 28 del monumental edificio Times Square con una pantalla grande de televisión rodeada por otras cuatro más pequeñas. La distribución de las pantallas intenta recrear cómo un lector podrá recibir el contenido online del The New York Times con la ayuda de las nuevas tecnologías, incluyendo fuentes de formato RSS y Twitter. En la demostración, un lector recibe un mensaje de Twitter de un amigo que le recomienda un video del columnista de cocina del diario, “clickea” el video que tiene avisos de bebidas y lo “arrastra” a la pantalla grande para apreciarlo.
Al mismo tiempo, en el íPhone del lector aparece una receta de cocina acompañada por publicidad de una cadena de supermercados. Robinson, de 59 años, dijo en una reciente entrevista que esas reuniones le han posibilitado “retener” a los grandes anunciantes y que el diario “está en sintonía” con las nuevas tecnologías. “Nos estamos situando en tal posición que nos beneficiaremos con una mejora en los ingresos por publicidad”, afirmó. Radiografía del internauta argentino La conexión a la web es el “principal medio” de los jóvenes argentinos para, en el siguiente orden, conectarse con amigos, búsqueda de información –no necesariamente noticias de actualidad-, actividades lúdicas y realizar tareas relacionadas con sus estudios o trabajo, según una encuesta de la firma Pyramid Reasearch para la filial local de Google.
Según ese sondeo realizado en diciembre pasado, los principales usuarios de la web son personas de entre 18 y 29 años, de clase media y alta, con estudios secundarios, que se conecta a la red desde su hogar, usa banda ancha, no tiene miedo de ingresar online la clave de su tarjeta de crédito para realizar compras y es más consumidor que productor de contenidos. Entre los jóvenes internautas argentinos predomina el uso de computadoras de escritorio por sobre las laptos y los teléfonos móviles con acceso a Internet y sienten gran atracción por los sitios de venta online, especialmente de productos de computación y electrónicos, como también por aquellos que les permiten “bajar” gratis música, películas y videos.
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