2 de febrero de 2010

Arte efímero a domicilio:Por Guido Carelli Lynch

En San Telmo tres periodistas acaban de inaugurar una galería de arte contemporáneo esporádica en la casa de una de ellas. El nombre del espacio y la consigna de cada exposición sólo responden a los caprichos circunstanciales de sus creadoras, Mercedes Pérez Bergliaffa, Gabriela Cabezón Cámara y Ana Laura Pérez.
"La idea es que no tenga formato ni financiación externa. Vamos a abrir cuando tengamos ganas, el tiempo que tengamos ganas, a veces como galería y a veces como otra cosa", dice una de las impulsoras del proyecto.
A esta altura del partido a casi nadie se le ocurriría en la babilónica Buenos Aires dejar la puerta de su casa sin llaves. Sin embargo la casa de Mercedes Pérez Bergliaffa está abierta de par en par. En pleno barrio de San Telmo, el ambiente amplio, que alguna vez fue un kiosco, y más tarde el estudio de esta periodista y crítica de arte, se convirtió en una galería atípica, en un proyecto que por ahora –sólo por ahora- se llama "Hazlo ahora, cariño, hazlo ahora" ("Do it now, mborayhú, do it now"). No es una galería cualquiera es un espacio de exposición temporario de arte contemporáneo. "La idea es que no tenga formato ni financiación externa. Vamos a abrir cuando tengamos ganas, el tiempo que tengamos ganas, a veces como galería y a veces como otra cosa", explica Pérez Bergliaffa, la dueña de casa y factótum del proyecto junto a las periodistas Gabriela Cabezón Cámara y Ana Laura Pérez.
El nombre –que en este caso combina inglés y guaraní- también irá variando. "Teníamos una lista inmensa de nombres...y hay tantos y tan lindos que por qué vamos a elegir uno". Para esta primera convocatoria, que comenzó el 20 de diciembre pasado, participaron ni más ni menos que los consagrados Adriana Lestido (con la famosa serie "Madres e hijas"), Ataúlfo Pérez Aznar (con su serie histórica de retratos de "Travestis" de los 80´), Luis Campos (con video-instalaciones de la serie de las militancias) y Sergio Avello (con pequeñas pinturas de juegos cromáticos). También fueron convocados los más emergentes Pablo De Monte, Helena Tabbita, Francisco Amatriain (con la serie de pequeñísimas pinturas hiperrealistas de escenas nocturnas), entre otros. Todos cedieron sus obras sin cargo, por la amistad que los une con Pérez Bergliaffa.
No es la única galería esporádica de Buenos Aires, pero otras prefieren el anonimato por temor a eventuales clausuras. "De acá recuerdo la experiencia de Trash, tristeza y felicidad, pero no mucho más. En Canadá, donde viví y estudié, había algo parecido pero no eran galerías sino centros de artistas autogenerados", explica.
Para el próximo proyecto el concepto guía será algo así como "el aire". La idea, por ahora, es invitar a artistas de diferentes disciplinas para que intervengan la casa a partir de los 2 metros de altura. Para entonces la literatura –en manos de Cabezón Cámara, autora de la sugerente La virgen cabeza (Etenerna Cadencia)- tendrá su espacio en esta galería intermitente.
Los vecinos no se quejan, cuenta Pérez Bergliaffa. "Al contrario, por lo general pasan y todos dicen lo mismo ´acá había un kiosco´", agrega.
La galería de Bergliaffa, Cabezón y Pérez está anclada en el presente y en sus ganas de rebelarse. "Siempre nos cuestionábamos por qué no hacíamos nada. Y un día dijimos por qué no hacemos una galería en mi casa. Y acá estamos", recuerda la anfitriona. Así de simple, así de extraño. "Lo único seguro es que esta no es un galería para vender obra", explica la crítica devenida en galerista y, otra vez, confirma, que se trata de una galería única.

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